El día 19 de junio, el Banco Central de Costa Rica (BCCR) comunicó su intención de mantener la tasa de política monetaria en un 4%, valor que ha mantenido constante desde octubre de 2024. La tasa de política monetaria, usualmente referida como la TPM, es definida por el Banco Central como “la tasa de interés que cobra el BCCR en sus operaciones activas (préstamos) a un día plazo en el Mercado Interbancario de Dinero, la cual será determinada por la Junta Directiva del Banco Central de Costa Rica”.
La importancia dicha tasa es que constituye una referencia para los valores de las tasas de interés en los bancos, tasas que estos aplican en todas sus operaciones comerciales (préstamos, depósitos, etc.) Asimismo, esta constituye un instrumento de política monetaria, por cuanto los incrementos o disminuciones de la tasa provocan efectos sobre las tasas de los bancos, lo cual a su vez encarece o abarata el costo del endeudamiento de las personas. Al momento del aviso del 19 de junio, la Junta Directiva del Banco Central consideró que mantener dicha tasa es coherente con las condiciones actuales, representando una “postura de política monetaria de tipo neutral”.
Sin embargo, algunos analistas consideran que dicha posición es perjudicial, por cuanto existe espacio para su reducción, dada la estabilidad económica, y que mantenerla a dicho nivel, sin expectativas de cambio, puede causar efectos reales tales como tasas de interés reales con valor alto, encareciendo el crédito a las personas y la carga de intereses de la deuda pública, así como mantener el tipo de cambio en niveles apreciados, lo cual reduce la competitividad internacional de la producción y exportaciones nacionales.
Analistas económicos, entre ellos Norberto Zúñiga, consideran que “el Banco Central no tiene excusas para mantener la TPM en 4%, ya que las cifras de inflación son elocuentes y las de la actividad económica del país preocupan.” Esta afirmación está basada en sus observaciones sobre los bajos niveles de inflación (negativa incluso en períodos recientes), y la desaceleración observada en el Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE), el cual se observa con falta de dinamismo desde diciembre de 2024, e incluso con un incremento de únicamente un 3,4 %, la menor tasa desde noviembre de 2022.
Debido a que el Fondo Monetario Internacional (FMI) aseguró, en diciembre de 2024 que el Banco Central tiene espacio para una mayor reducción de la TPM, hecho que debería aprovechar para relajar la política monetaria y lograr incentivar el dinamismo de la economía nacional.